No enseñes las cartas, hasta que paguen por ver.

El jefe y Rubén estaban metidos en la sala de juntas, también conocida como “la sala de las lágrimas”. 

En realidad de por que ese nombre, no me lo se. Pero si ese nombre tiene, esa será la fama.

No sabíamos que iba a pasar, con que indicaciones saldrían. Ya que a 20 ingenieros considerados “intocables”, ya les habían dado cuello en la mañana y no se sabía quien seguía en la lista.

Aunque previamente a más de 150 operadores que nadie se pregunta que fue de ellos, también les toco el recorte.

Te despides de los compañeros caídos cuestionándote si es indispensable su trabajo y no sabes si decirle felicidades o darle el pésame.

Es algo así como el big brother o la academia, cuando sale un concursante y empieza a llorar. Al parecer perder la rutina te da depresión (Y yo tanto que me quejo de ella).

Despertar a la misma hora, los pendientes de la mañana, el desayuno malo de la cafetería, el trabajo bajo presión, las juntas… todas esas cosas que te dan estrés y no te dejan dormir. Se van y las extrañas por que la costumbre es común en el ser humano al igual que el miedo de no saber que futuro te depara.

Los jefes salieron y hubo una indicación.

Rubén, el responsable del depto dijo: En enero habrá una fila india en Recursos humanos, otra en febrero y la definitiva será en marzo. Donde todos estaremos en la casa mas tiempo de lo común. Por que esta empresa cerrara las puertas.

(Creo que es la primera vez que dijo algo serio, hasta las manitas tenia cruzaditas en la cintura, acompañado de una cara larga).

Haaaa pero eso si, al final se río y dijo: así que el proyecto del Tapiocadas ya lo podemos mandar a la chingada.

(puta madre, este guey me dio en la madre)

Mi primera impresión fue, como se atreve a decirme esto, eso solo ocasionara que no tenga ganas de trabajar y solo esperar las nuevas indicaciones de los peces gordos para saber cuando me toca la despedida.

No me espere y me salí de la oficina a buscar a mi jefe el Edgar, lo cuestione.

¿Eso quiere decir que ya nada mas voy a venir a calentar el asiento y recibir paga hasta que me despidan?

Me detuve por que sonó como si yo fuera su esposa y le estuviera reclamando el por que se acostó con otra.

Pero mi jefe es chingón, solo se río y se quedo serio.

Interprete su silencio. Al parecer el va a hacer lo mismo.

Al terminar de charlar con el, solo sabia una cosa, no quería estar en mi escritorio escuchando a toda la gente paranoica de sobre lo que pasara, ya que habían bebido demasiado café.

Por favor, fumen, tomen vitaminas, duérmanse en el trabajo, coman en exceso, cojan con extraños, PERO ¡NO TOMEN CAFÉ EN EXCESO!

Fui con mi tía ceci, quien en la vida real no es mi tía. Pero es la jefa de todo los de almacén y materiales.

Una señora de corta estatura, llenita, y cara de entre matona y mamonsisima.

Al parecer ella no le había dicho nada a nadie y sentí su mirada de: si dices algo en voz alta, te chingo cabron.

- Ya sabes? (le dije inocentemente)

- Pues claro guey, con quien crees que estas hablando. (Respondió con las manos en la cintura y sin levantarse de la silla, como la jefa que es)

- ¿Y por que no les has dicho a toda tu gente?

- Por que yo no soy vieja chismosa, paranoica, como toda la gente de tu área cabron.

Tremendo golpe me dio con esa frase, que hasta ganas de irme corriendo me dieron.

Ceci dijo:

Tu estas morro, yo ya he vivido varias crisis.

Recuerdo cuando era niña y teníamos que cocinar con leña allá por los 60tas, yo era niña y cargaba por todos lados a mi hermanita, puros frijoles y tortilla.

También en los 80tas, que no tenía nada de lujos, pero tenia mi radio y con eso escuchaba las noticias y las novelas trabajando y estudiando.

Y ya cuando estaba en la universidad, me Salí faltando un pinché semestre por que ocupaba trabajar para mantenerme, ya que quede embarazada de un cabron que salio corriendo como si hubiera visto al diablo en mi vientre.

Pero después oh gran sorpresa, que voy a unos hot dogs que están por mi casa y estaba un compañero mió en ese entonces. Que si termino la carrera y estaba trabajando en ese puesto de hot dogs.

Hazme el pinché favor.

(Cerro los ojos y levanto las mejillas como cuando México le metio un gol a Italia en el mundial del 2002)

-Y yo que no termine la carrera ando aquí de jefa en administración y control de procesos. Pa que me sirvió la pinché carrera de Derecho, quien sabe verdad, pero pues uno no se queda ahí nada más.

Ya van trece años que estoy aquí trabajando y ahora ya tengo que hacer las presentaciones, la administración y los planes a futuro de la empresa, con migo y sin mi.

Los planes a futuro de la empresa, con migo y sin mi.

Los planes a futuro de la empresa, con migo y sin mi.

los planes a futuro de la empresa, con migo y sin mi.

los planes a futuro de la empresa, con migo y sin mi.

Retumbo en mi cabeza, pero que profesionalismo, que huevos de esa mujer.

Al final ella dijo:

así que no salgas corriendo como vieja de que se va a acabar el trabajo, ya que para el siguiente año va a pasar la crisis.

Y no te vallas hasta que te digan. Así como capitancito de barco.

Así que chingale cabron o te chingan guey.

Me despedí de ella y solo fui a calentar el asiento en mi cubículo, la gente en la oficina aun seguían haciendo teorías, hipótesis y comparando cuanto dinero le darían a cada quien.

Ya mejor me puse mis audífonos y encendí mi “aipo” como dice el dr. Toñichiwa. Pensando, si las crisis se la pelan a mi tía ceci, pues a mi también, a la berk.

Dos días después hicieron una rifa de televisiones.

La de la rifa dijo, a ver quien saca un boleto perdedor y después uno ganador.

- Yo saco el perdedor! (Dije desesperado para que se acabara la rifa)

Y saque el nombre de Rubén, el responsable del depto.

Hayyyy que bonito se siente.

Lo voltee a ver y estaba rojo de la cara, sin voltearme a ver.

Ya no me quedo más que reír y decirle a Rubén:

- vez y tu te quejas de que nunca sale tu nombre en los sorteos.

No me acuerdo quien se gano la tele, pero si me gane un gusto grande.

al final ruben dijo: shin yo queria una tele para el cuarto de mis hijos y el pendejo de tapiocadas saco mi boleto como perdedor

le subi a mis audifonos y lo vltee a ver "hay cuando quieras, me voy por la banqueta".

no creo que me haya entendido.