Hace unos años salió un comercial de una marca de desodorantes donde la frase era “Yo no dije que lo haría, lo hice”. Y entre varios personajes que salieron en ese comercial uno fue Luis Gracia, quien dijo “Yo no dije que le metería dos goles a Irlanda, lo hice”.
- Si ahuevo mi campeón. grite a la television después de escuchar tal frase.
Mi esposa estaba sentada a lado mio y pregunto: De que hablas? Por qué Irlanda?
- Vamos, pues en el mundial del 94 tenia 11 años de edad e íba en quinto grado de primaria, el mundial fue en Estados Unidos y se jugaba el segundo partido de grupo; México venia de perder contra Noruega 1-0.
- Yo no sé de qué hablas, yo no veía el futbol de niña. Contesto ella.
Yo recuerdo que fue un viernes y en aquel entonces yo estaba viviendo en Tijuana, tenía que recorrer como 30 cuadras en un sprint de 15 minutos con una mochila que pesaba más o menos 4 kilos llena de puros libros; a veces te picaba el compás que traspasaba la tela de la mochila y apretabas el paso como mula de carga, corriendo de puntitas sobre las calles empedradas que en ocaciones estaban mojadas por lluvias; desde las colinas de la colonia cacho hasta la escuela Francisco I. Madero.
Pero ese viernes nadie quería saber nada de la clase, todos queríamos ver el partido, no había celulares, no habia internet para poder hechar un vistazo a la pagina de ESPN y ver el marcador.
-“Maestra, déjenos ver el partido por favor!” grito valientemente Aldo con el corazon en la garganta.
-- No puedo, donde lo van a ver? No hay televisión aquí.
- Déjenos ir a la casa de Cristian, él vive a un lado y regresamos cuando se acabe. Solo eran 5 niños los que estaban insistiendo, los cuales eran los más desmadrozos del salón.
La maestra les nego el permiso de irse dandoles un sermon de etica profesional, mientras Luisito a oidos sordos se le ocurrió una brillante idea “y si nos deja traer una televisión, podemos ver la tele aquí?”
La maestra le valió verga la clase y dijo “si puedes traer la televisión aquí y todos se portan bien y están quietecitos… si...”.
Cristian Fermín, el morrillo galán del salon, con su copete inmovible, siempre pulcro, shiny shoes, el goleador del salon, el segundo mas aplicado, el unico que habia vencido a panchote de 5B atras de la tiendita; Estaba totalmente distraído cuando recibio la oportuninad de volverce heroe, presidente, inmortal... cuando le gritan “Orale guey vamos a tu casa a ver si tu papa nos deja traer la tele”.
-- Cual tele? Dijo Cristian.
- Para ver el partido de México, que no lo quieres ver? Dijo Luisito.
El monton de 5 niños estaban listos para salir corriendo del salón directo a la casa de Cristian, la cual estaba sobre la misma cuadra en la parte de atrás de la escuela.
- Hey, a donde va toda la bola? Solo va a ir el de la tele y otro para ayudarle. Grito la mestra.
No sé qué pensaba la maestra, como dos niños de quinto de primaria iban a cargar un televisor CRT de unos 20 kilos, subiendo escaleras hasta el segundo piso donde estaba el salón, pero ni ellos lo pensaron y se fue Luisito el de la idea y Cristian el de la tele.
Pasaron 15 minutos y no volvían, la maestra ya nos había puesto a hacer una actividad que para lo que recuerdo, ha de haber sido una pendejada que servía nada más para ponernos en silencio sin entender ni madres. Cuando de repente llega Luisito gritando ya viene! ya viene!
Todo el pinche mundo se asomó a la ventana y ve a Cristian corriendo por medio de la explanada de la escuela, atrás de el su papa. Cargando un televisor de 30 pulgadas, más pesado que una llanta 195/65R15 inflada.
Cuando la tele entro al salón todo el mundo aventó los cuadernos al aire cual si fuera el birrete de graduación y el padre de Cristian puso la tele sobre un mesabanco que estaba en la pura entrada, el cual servia para sentar a los mas burros del dia.
– uff que cansado. dijo mientras se limpiaba el sudor.
La maestra yo digo que se sonrojo y le ha de haber dicho algo cachondo como: "si verdad?, se ve muy pesada y grande". Esa pinche maestra se veía que le gustaba el rose. Y si hago comparaciones de Cristian el hijo "El galán del salón", pues el padre ha de haber sido del mismo tipo de galán, pero con las señoras. eran los 90’tas y la maestra tenía el pelo esponjado a los hombros y vestía de tacones y faldas apretadas, morenaza de fuego, labios gordos y con curvas anchas, esas si eran viejas. Incluso me tocó un dia ver que el padre de Luisito le llego a regalar una cadena a la maestra, ahi en el salon enfrente de nosotros, mientras con gran destreza la convencia de dejarcela poner en el cuello, no sabría decir si fue para que pasara Luisito de calificaciones o si fue para rellenar un agujero en su corazón. pero si le llegaron a preguntar a Luisito "ya vas a tener a la maestra de mama!". a lo que contestaba de forma enojada "se la quiere coger en el closet".
Movimos la tele en el puro centro del salon y despues todos arrastramos el mesabanco hasta el frente de la tele. ni nos dimos cuenta cuando el padre de cristian se fue. a los 10 minutos de juego la maestra tambien se fue y antes de salir dijo: "pero no hagan ruido, quietecitos, voy a estar en la direccion". Pinche gritadera después del gol de Luis Garcia casi al terminar el primer tiempo. Y a la hora del recreo todos los niños de otros salones entraban a ver si era verdad que teníamos la televisión.
Los maestros de otros salones entraban a callarnos y lo hacíamos por 5 minutos. Después del segundo gol 15 minutos empezando el segundo tiempo, fue otra gritadera. Ya después de ahí ya no pusimos atención ni al partido, ni a nada. mejor nos pusimos a jugar futbol en el salón y luchitas. Cuando se acabó el partido tardo como 1 hora más en llegar la maestra, nada más para dejar tarea.
Al final todos nos fuimos contentos, acompañamos a Cristian a ir por su padre para que viniera por la television y de ahi cada quien a su casa.
- Ganamos!, le dije a mi madre llegando a casa.
-!Ganamos! sírveme de comer que tengo mucha hambre.
Me dieron 5 pesos y me lanzaron por las tortillas.
Extra:
Aca pongo la ruta que tenia que seguir para llegar a casa.
En la parte derecha esta la escuela Francisco I. Madero.
Era seguir la calle hasta donde se pierde la vista.
Cuando llegabas a la cima dabas vuelta a la izquierda,
hasta que se perdia la vista en otro camino.
cuando llegabas a la ultima cima, descansaba en ese pequeño macetero que se ve de lado derecho, y de ahi subir esa calle de puntintas por que si no te resbalabas. y ya llegabas.
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