15 diciembre 2017

Tapiocadas, guerrero no certificado ni reconocido por UNICEF.





Hace días un compañero del trabajo llego a la oficina mentando madres (como decimos en México).

- A que no sabes que hizo el hijo de su chingada madre, pinche loco pendejo, me saca de quicio el pinche morrillo hijo de su re-putisima madre.

-- ¿Pues de quien hablas?

Resulto que estaba hablando de su amado hijo, el cual se había cortado el pelo a escondidas con unas tijeras de la escuela, tal corte de pelo le había dejado unos hoyos en la cabellera, en la parte lateral arribita de la oreja.

-          Es que quería ir con el pelo cortado por que ya se le salía por arriba de la oreja, me dijo el niño pendejo. Ya era muy noche y no pude hacer nada más que apagarle la tele y decirle que así lo iba a llevar a la escuela, pero no lo lleve; al rato lo voy a llevar a que lo rapen.

--  Y tu esposa no dijo nada?

- si, me decía que ya no le dijera nada al morrillo, pero neta cada vez que lo veía me hacía enojar.

Ya varios días anteriores había llegado isidro con esos mal comentarios de su hijo, como por ejemplo la vez que conto:
La neta mi hijo está bien loco, y se lo digo: “Estas bien piraton”. Cuando lo llevo al parque se pone a jugar y cuando le digo que ya nos vamos, se pone a cortar flores, que según son para su mama. Y se las regala con mucho amor según dice él piraton. Ahhh yo me la curo un chingo de mi morrillo.

-   -Pues que querías isidro, que robara tapones de llantas, o copas? Que te dijera ven para vamos a aventar piedras a esos viejitos y robarles sus bolsas? Dije.

--No, pero la neta ningún niño hace eso de arrancar flores.

- Ninguno en tu barrio.

No sé si ser padre me hace ser más sensible, pero por menores cosas he iniciado peleas en mi casa, como la vez que le dijeron "pendejo" a mi hijo. Pueden llamarle Cabron, Carajo, mion. Pero pendejo, nadie… y ese alguien fue mi cuñado. Mi hijo tenía casi el año cumplido cuando a mi cuñado le nacieron las ganas de cargarlo y decirle pendejo para que volteara. Yo puse mi pinche carota y lo volteaba a ver encabronadicimo, pero él nunca me volteaba a ver.

Le llegue a comentar a mi esposa que me incomodaba, pero ella siempre se pone de lado de ellos, y a veces sale perjudicial; hasta salgo como que estoy exagerando y que a mí me ha pateado la vida por eso soy así. Pero no creo quejarme tanto, solo un poquito.

Una tarde (una semana después de haber comenzado ese apodo) yo estaba en la computadora cuando de repente empiezo a escuchar ese apodo “pendejo” con mi hijo, repetido varias veces para que volteara el niño y como siempre enfrente de los demás niños, a lo que en mi mente imagino: y si todos fueran a decirle así en el futuro, solo porque el tío le decía así de bebe… me pare de la silla, camine hasta la cocina y lo apunte con el dedo diciendo, “no quiero que le vuelvas a decir así, sea la última vez, me entiendes?”.  Hasta que el afirmo con la cabeza lo deje de apuntar y volte a ver a mi alrededor. El sí puso cara de awite, mí cuñada solo agacho la cabeza y mi esposa se puse en pose de llanto, al final camine a la recamara mientras escuchaba a mi suegra decir: es que es de cariño.


Y ahí escribí otro capítulo más de drama en la vida matrimonial. Claro solo me dio bajón por mi esposa, que a las dos semanas me volvió a hablar, sin pedirnos disculpas.




1 comentario:

edy_balardy dijo...

no todos los heroes usan capa