Nadia.

Entré a la casa y al parecer había mucho ruido proveniente de toda la gente que estaba ahí, la luz era muy tenue donde no se podía ver casi nada. Solo caminando recargado por la pared se podía avanzar.

Al dar un tour por la casa abrí una puerta y llegue a la cocina. Mire a una muchacha que estaba parada de espaldas sin hacer nada, entre el refrigerador y la estufa.

Karla me siguió y entro después de mí y súbitamente la puerta se cerró detrás de ella, haciendo un gran ruido. Seguí viendo a la mujer que estaba en la estufa y le dije a Karla al oído para que no me fueran a escuchar: “creo que a ella la conozco, se llama Nadia, hace mucho que no la veo…”

En eso, quien yo pensaba que era Nadia, empieza a grita como loca mientras la luz de la cocina se vuelve amarilla y empieza a parpadear como si hiciera corto circuito.
Ella estaba vestida con una bata amarilla muy corta y maltratada. También estaba descalza y mal figurada del rostro por golpes combinado con su mal maquillaje solo dejaba ver a una persona sin sentido de la realidad.

Pero aun así la luz no me dejaba distinguir la cara para asegurarme cien por ciento de que en verdad fuera Nadia. En eso veo que se voltea hacia mí, gritando “!ya viene, ya viene!” mientras tiraba todos los platos al piso.

Nadia abre el cajón que estaba aun lado del lavaplatos y saca un cuchillo, se da media vuelta y me apunta con el, mientras con la otra mano azota el cajón. Yo me pego a la pared junto con Karla, mientras que Nadia se nos queda viendo fijamente a la cara.

Yo tenía la fe de que me reconociera, pero desvié la vista cuando la mire por segunda vez a la cara con un maquillaje tan grotesco.

Pensé que seria mejor salir de ahí sin decirle nada, así que trate de abrir la puerta que estaba a mi derecha cuando noto que alguien la estaba sujetando del otro lado.

Vuelvo a voltear a ver a Nadia y ella ya esta manchada de sangre, al parecer se había cortado las venas de la mano derecha con el cuchillo que tenia.

Se va acercando a nosotros muy lentamente, cuando Karla empieza a temblar, al parecer no podía comprender lo que estaba pasando ante sus ojos, yo no sabia lo que iba a pasar en ese momento, cuando de repente siento una corriente de aire en mi cara.

Volteo a mi derecha y me doy cuenta que una mujer de negro abre la puerta que estaba a un lado de mí, mientras grita:

- “salgan rápido, salgan rápido que ya viene, ya tomo los cuerpos, salgan rápido que ya va a llegar”. En cuanto salimos, Nadia nos trato de herir con su cuchillo, lo cual de no haber sido por la mujer de negro que la detuvo, me hubiera herido.

Salimos corriendo de ahí sin voltear para atrás.

Fue muy divertido volver a ver a Nadia.

Hace mucho que no la miraba, creo que la última vez que la vi fue en la COSTCO. Trabajaba de edecán para una línea de bebidas naturales.

Me le acerque y la salude, hablamos poco tiempo con las preguntas de siempre. ¿Como as estado?, ¿Que as hecho? Las preguntas que se hacen para una persona que se vuelve un extraño más en esta ciudad tan pequeña.

Eso fue hace 1 año, y volví a perder la comunicación con ella. Había escuchado que trabajaba actuando en obras de teatro, pero nunca supe con exactitud, ni tampoco quise averiguar mucho.

El domingo pasado salí con Karla y ahí me encontré a Nadia, bueno creo que era ella.

El lugar era una casa vieja con grandes grietas en las paredes, las ventanas estaban pintadas de negro y no había plantas ni animales.

-Por fin llegamos. Siempre había querido venir pero nadie se animaba a acompañarme, hasta que se me hizo conocer la casa del panteón de Mexicali. Le digo a Karla con un poco de emoción antes de entrar y pagar 40 pesos.