La protagonista es Dorothy Gale (Judy Garland) quien es una niña que vive feliz mente un una granja en compañía de sus abuelos, tíos y su perro toto. La escenografía es cerrada, lo que quiere decir que es en un foro y los paisajes son pintados a mano. Los colores que muestran para mostrar el cambio de historia, son el amarillo, donde la vida real muestra a una dorothy inocente y un poco mimada. Pronto un huracán llega al pueblo y vemos un montaje bien realizado, donde nos muestra por la ventana del cuarto una serie de imágenes que son arrastradas junto con la casa de dorothy, ahí podemos ver una vaca, que siempre me recuerda a la película de “tornado”, pero vemos que en realidad es tomada de esta película.
Cuando dorothy llega al nuevo reino, el espectador se encuentra con unos colores que siempre había soñado ver en el cine. La escenografía es muy detallada a un cuento de hadas, el cual lo habitan unas personas pequeñitas que están escondidos por temor a la bruja que llego a gobernarlos con toda su tiranía. Sin querer, la casa de dorothy aplasta a la bruja y llega una princesa encantada vestida de color de rosa (Billie Burke) con una cara angelical que bien podría considerarse como el símbolo materno de dorothy.
Con todo el pueblo agradecido, dorothy emprende un viaje que lo llevara a casa, poniéndose unas zapatillas rojas que pertenecían a la bruja que acaba de morir. En realidad no sé si estas zapatillas simbolicen algo, pero tengo el presentimiento que es algo con que los sueños se hagan realidad.
Dorothy emprende el viaje y para variar con una canción ya que la mayoría del guion son letras musicales que acompaña cada situación. Y el primero personaje en toparse es al espantapájaros (Ray Bolger) quien está colgado en medio de un maizal, el personaje de este espantapájaros es el que más me gustaba de niño, aunque no sé por qué, el buscaba llegar con el mago de oz, para pedirle sabiduría e inteligencia, sin darse cuenta de que ya la tenía. Se me hace gracioso que pusieran a un espantapájaros con estas características ya que se me hace algo trillado poner a un granjero como un cliché de ignorancia. Aunque no puedo decir que he conocido a granjeros, solo a gente de ranchos de aquí de Mexicali, aunque si son un poco ignorantes.
Rápido pasa la siguiente escena donde el espantapájaros muestra su sabiduría engañando a unos árboles para que les aventaran manzanas. Pero nadie se percata de que uso el cerebro, pareciera como si necesitáramos que alguien que admiráramos nos dijese lo que está enfrente de nuestros ojos, para darnos cuenta de que en verdad somos lo que queremos.
El siguiente personaje en encontrarse es el hombre de hojalata (Jack Haley). Quien es un leñador que al parecer se le olvido ponerse aceite y se quedo inmóvil en medio del bosque, sin nadie que lo ayudara. Es curioso que este personaje pidiera un corazón. Yo creo que se equivoco al pedir esto, debería de haber pedido amor, o una relación, ya que se le nota la soledad que lo rodeaba, aparte de que su apariencia era de un hojalata, tal vez simulando mostrar que era una persona muy fría sin sentimientos, al parecer para perder la tristeza que sentía se puso a trabajar hasta que se quedo sin aceite, tal vez lo veo como un suicidio, y llega dorothy y el espantapájaros a salvarlo de tal acto triste.
El tercer y último personaje es un león miedoso (Bert Lahr), la ironía otra vez bofetea al público poniendo al león con su melena como corona de rey de la selva que lo es, sin embargo este es miedoso y llorón. Pero no es un simple leoncito, sino que tiene un aspecto maricon, pero con unas garras feroces y con un tamaño que fácil llegaría a los dos metros. Esto me hace recordar cuantas personas no he mirado y tienen aspecto imponente y luego resultan que son miedosos. Cuando era niño me desagradaba cada vez que le hacen close up, ya que nunca me gustaron las facciones de su cara.
Justo antes de llegar al castillo del mago de oz, la bruja realiza un hechizo para impedir tal suceso, cuantas veces no hemos tenido un sueño y no lo podemos realizar, aparece ahí la oportunidad y sin embargo no lo realizamos, y nos quedamos ahí, en la orillita… esto ya parece un cliché mexicano donde el ya merito está casado con nuestra raza, y cuantas veces no hemos querido que llegue dios en forma de hada madrina vestida de color de rosa como dice Ramón Ayala, con la cara hermosa y nos susurre al oído y nos ayude con un hechizo. Seria encantador verlo en nuestra vida, de consuelo lo podemos ver en esta película donde la hada madrina evita el hechizo de la malvada bruja. Y dorothy y compañía emprenden otra vez el viaje y para variar con una canción.
Llegan al castillo del mago de oz, y todo parece haber terminado, pero en realidad no parece un castillo, parece una fábrica o tipo cantina, donde todos están trabajando felices donde a cambio de dinero los pueden atender. Sin ninguna pertenencia más que los zapatos mágicos de dorothy los dejan entrar a cambio de ellos. Aquí yo podría decir que les dan gato por liebre, ya que al parecer el mago de oz, sabe que vale más esos zapatos que los deseos que pedirán. Al entrar me dio mucha risa cada vez que lo recuerdo, por que se suben a una carrosa con un caballo morado, en cambio de cada toma el caballo cambia de color a rojo y a amarillo.
Aquí es la primera vez que vemos al mago de oz, imponente con fuegos artificiales, humo y cosas mágicas así como lo imaginamos, y no les concede nada hasta les entreguen el cetro de la bruja malvada. Así que van hacia el castillo de la bruja y enfrentan a todos los secuaces que son unos changuitos con alas, muy curiosos. Aquí es donde la valentía, el amor, y la inteligencia se combinan para salvar a dorothy de las garras de la bruja, que sin querer queriendo se muere desconociendo el punto débil de ella, el agua.
A mí me dio un sabor amargo de niño al ver el mago de oz como es en realidad, o sea, ese es el título de la película, toda la historia lo buscan, todos tienen esperanzas en que les pueden resolver sus problemas y resulta ser un fraude, pero no para mal, sino que les hace ver lo valiosos que somos a cada uno.